Oscar Müller Creel

  • Oscar Müller Creel
    Oscar Müller es Doctor en Derecho y tiene el grado de Maestro en Administración de Justicia y candidato a maestro en periodismo. Es originario de la ciudad de Chihuahua, México. Es colaborador en Radio Claret América de  Chicago Illinois, en temas de Derechos Humanos y Administración de Justicia y sus columnas de opinión se han publicado en el periódico Hoy del grupo Tribune Publishing Company de Chicago Illinois EUA, la cadena noticiosa Hispanic Digital Network de CISION, así como en el Heraldo de Chihuahua del grupo Organización Editorial Mexicana. Ha escrito libros sobre Derechos Humanos y Ética del Abogado, así como artículos científicos en Universidades de México, Colombia y España. Correo: [email protected]
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Periodismo, una profesión de difíciles opciones

Por Óscar Müller Creel   La luz de un quinqué de aceite y el fuego del horno para derretir plomo iluminaban lo suficiente para distinguir a aquellos tres hombres que se encontraban sentados en la mesa de encuadernación. Eran también visibles la prensa manual y las mesas de formato en las que se unían, uno a uno, los tipos que formaban los cuadros de texto que luego se acoplaban a la máquina, que, movida por la fuerza humana, producía los impresos, pues esa era la función de aquellos personajes: impresores, pero también periodistas, pues en ese tiempo, a principios del siglo XIX, las imprentas producían tanto impresos comerciales, como folletos de comunicación, lo que ahora conocemos como periódicos. Pero evidentemente estos amigos, a tan poca luz, no estaban realizando su función común, sino que dialogaban y entre ellos se notaba preocupación. Las tropas virreinales habían salido de Guadalajara, Jalisco, ante la insurgencia de sus habitantes, que apoyaban el movimiento que encabezaba el cura Miguel Hidalgo. Era noviembre de 1810. Lo que mantenía en vigilia a estos tres impresores, Trinidad Buitrón, José del Castillo y José María Ibarra, eran los temores a las consecuencias que esa guerra de independencia tendría hacia ellos, pues en aquellos días las imprentas sólo podían instalarse y funcionar con permiso del virrey y, ahora, comentaban el aviso que habían recibido de su jefe: Francisco Severo Maldonado. “El Cura Hidalgo quiere entrevistarse con nosotros para comentar sobre el uso que se debe dar a la imprenta”, les había dicho. Ellos eran conscientes de que Hidalgo ya había sufrido fuertes derrotas. Si obedecían las órdenes de los insurgentes y la ciudad era tomada de nueva cuenta por las tropas virreinales, lo más posible es que serían despojados de sus bienes e inculpados de alta traición, pero si no obedecían a Hidalgo, seguramente les confiscarían la imprenta y, verse entre rejas, sería lo mejor que pudiera pasarles. Al día siguiente recibieron la visita de los cabecillas insurgentes e Hidalgo les explicó: “La lucha por la independencia tiene dos campos de batalla, el del acero y la pólvora y el del papel y la tinta. Transmitir las ideas de quienes apoyamos la guerra contra el mal gobierno, es tal vez más importante que la que se presenta en el campo de batalla y por eso necesito que nos apoyen con su imprenta”. Los tres hombres pidieron se les permitiera estar solos para discutir, pero la decisión no era difícil, se trataba de sucumbir o sobrevivir y, decidieron por esto último. Fue así como surgió el primer periódico, que apoyaba la guerra de la independencia en México: “El Despertador Americano” cuya edición inicial surgió el 20 de diciembre de 1810. Pero su vida fue efímera, pues apenas tres semanas después se recibió en Guadalajara la noticia de que las tropas virreinales se dirigían hacia la ciudad para retomarla, los insurgentes salieron a hacerles frente, pero fueron derrotados y las autoridades monárquicas volvieron a posar sus reales en la Perla Tapatía. Francisco Severo Maldonado mostró arrepentimiento ante el Brigadier Calleja, jefe de las tropas virreinales y no sólo fueron perdonados él y los impresores, sino que se les permitió conservar la imprenta a condición de que la utilizaran para promover la causa de la monarquía, con esto, dio inicio una nueva edición, ahora titulada “El telégrafo de Guadalaxara”, salvando así sus vidas y al periódico. El periodismo nunca ha sido una profesión fácil, no necesariamente lo que se publica es del agrado de los poderosos, pero es precisamente esa labor la que permite funcionar a las democracias. En México el 4 de enero es conocido como el día que se celebra a esta difícil y virtuosa profesión, pero el espíritu de quienes han sido muertos y el coraje de quienes han sido atacados en su persona, propiedades y herramientas de trabajo, se unen en un grito de reclamo por los ataques a la labor de los comunicadores. Según la ONG Artículo 19 durante el primer semestre del año pasado, “El Estado sigue siendo el principal agresor contra la prensa en México. Durante estos primeros seis meses del 2023, las autoridades fueron responsables de perpetrar 140 agresiones, es decir 1 de cada 2 ataques contra periodistas y medios.” Según informe de Amnistía Internacional, “México es uno de los países más peligrosos del mundo para los profesionales del periodismo. Los años 2020 y 2022 fueron de los más mortales de la historia del país en lo que se refiere a la prensa: al menos 19 y 13 periodistas fueron víctimas de homicidio, respectivamente, a causa de su trabajo…” A lo anterior debemos agregar el abandono económico en que se les tiene. La crisis de los medios de comunicación impresos ha incidido en el salario de los periodistas, quienes en muchas ocasiones se ven en la necesidad de buscar otros medios de subsistencia. La comunicadora mexicana Jésica Zermeño, periodista de Univision, ha referido que sus colegas que se ven amenazados manifiestan con fuerza y sin titubear: “Que el esfuerzo vale la pena, porque son periodistas, y su labor es informar…”. Hace unos días la periodista mexicana del Grupo Milenio acaba de renunciar mencionando: “Durante 20 años Milenio ha sido la casa en la que crecí profesionalmente, en la que pude aprender de los mejores periodistas y crear lazos de amistad para toda la vida, los ciclos terminan, dadas las circunstancias actuales, hoy es mi último día en esta empresa y será la última vez que esté frente al noticiario” Este día del periodista vaya mi reconocimiento al esfuerzo y valentía de los miembros de ese gremio que, en México, cumplen con la función de informar.   —Oscar Müller Creel es doctor en Derecho, catedrático y conferencista. Puede leer sus columnas en www.oscarmullercreel.com